Quien escribe

miércoles, 22 de junio de 2011

Chopoteando

La lluvia que golpea sobre el vidrio de mi ventana ayuda a que me relaje, y así el frío pasa desapercibido y el sonido de las gotas parecen un simple xilofón dando un par de notas al aire. Los faroles comienzan a desvanecerse y la cortina de agua impide ver más allá. Las luces relampaguean en el cielo, segundos después se escucha el choque que provocan los truenos y sus vibraciones hacen caer la última hoja que pendía de la rama de un árbol y confirma, de esa forma, que ya no forma parte de nosotros el otoño sino que nos abraza calurosamente el invierno, a pesar de su ironía.

lunes, 20 de junio de 2011

Quién lo hubiera dicho...

Los sentimientos pueden cambiar infinitamente en una milésima de segundo... Para bien, para mal, siempre están presentes aunque no los podamos ver. Duelen, lastiman, sorprenden, alegran, desorientan, emocionan... Inevitablemente son una sombra que a veces nos tormenta y otras, la queremos atrapar, pero se hace imposible: siempre nos gana. Cuando los sentimientos van más allá de la realidad cuesta creer que son verdaderos. Una vez me dijeron que piense con la cabeza y no con el corazón, pero "el amor es más fuerte". Uno no quiere, pero el amor dice . Y se transforma en una especie de controversia que incomoda la situación y la complica más de lo que ya está. Se piensa una cosa, pero a los minutos surge un dilema, una disputa entre la mente y nuestro órgano principal del sistema circulatorio. Y los latidos comienzan a acelerar sus pulsaciones. Se siente que se pedalea en contra del viento, o peor aún, contra una tempestad imposible de superar. Sube una manifestación por el cuerpo, mezcla de adrenalina, miedo, mariposas y hormigas que invaden mi anatomía hasta llegar a cada extremedidad y no ayudan a pensar. Falta el aire, se nubla la vista e impide que sigamos viendo eso que queremos, pero que no existe.
Y se hace difícil pensar en esa palabra de dos sílabas, desconocida por muchos, que significa afecto y es el resultado de una serie de emociones, experiencias. Emociones poderosas que, hasta a veces, se vuelven irresistibles.
Pero no hay que descuidarse. Sin ese término no existiría el odio, la guerra. Se necesita un mediador, y el amor es el indicado. A pesar de que no queden muchas fuerzas, uno busca encontrar una respuesta adecuada, oportuna que nos haga ese "click" para darnos cuenta de lo que verdaderamente queremos y para que luchemos por conseguirlo. Aunque en este caso la respuesta la tenga otro, el tiempo sirve para pensar en uno, en lo que hizo/hace bien (o mal) y en aquellas modificaciones que se pueden llegar a hacer para mejorar. ¿Cuánto es el límite? Lo decide la paciencia. ¿Se alejó el final que me imaginé? ¿O simplemente tendré que seguir esperando? TIEMPO.

domingo, 12 de junio de 2011

Preguntas sin respuesta

¿Qué puedo hacer para tratar de hacerte ver que sos lo único que necesito? ¿Qué necesitás para darte cuenta cuánto me hacés falta? ¿Qué hace falta para volver a tenerte cerca? ¿Por qué estamos tan lejos? ¿Hasta dónde tengo que llegar para no perderte? ¿Por qué separarnos si somos felices juntos? ¿Quién impulsa nuestros impulsos? ¿Por qué actuamos sin pensar? ¿Por qué pensamos tanto? ¿De qué sirve todo esto? ¿Hasta dónde pensamos llegar? ¿Por qué nos cuesta tanto animarnos? ¿Por qué no nos animamos a más? ¿Por qué tenemos miedo? ¿Por qué somos tan cobardes? ¿De qué sirve dejar pasar el tiempo? ¿Cuánto más nos vamos a lastimar? ¿Por qué no podemos? ¿Queremos? ¿Hasta cuándo me voy a sentir así? ¿Por qué todo cambió de repente? ¿Volverá a ser todo como antes? ¿Por dónde empezar? ¿Por qué terminar?
¿Cuándo?
¿Cómo?
¿Por qué?

sábado, 11 de junio de 2011

Monólogos sin voz

Impulso. Creo que esa es la palabra que me llevó a convertir esta especie de "papel en blanco" en algo a lo que, de alguna manera, le daré su respectivo uso a su debido tiempo. Necesidad de soltar palabras y que éstas no se las lleve el viento; que queden plasmadas en algún lugar; que sean leídas o no, pero que estén escritas.
Música de fondo. Noche serena. Luces encendidas que titilan intermitentemente. Aromas que me remontan a otros momentos. Lindos, feos. Momentos. Tiempos. Tiempos a los cuales de vez en cuando es bueno regresar; de los cuales no me quiero ir; a los que no quiero volver. Recuerdos que aparecen como paseantes distraídos y se llevan el reloj de arena de todo lo vivido. Sigo buscando sin encontrar mi centro y así viajan incómodos cuestionamientos de los que no me puedo librar. Un dilema para el corazón...
Algún día entenderás que algo de todo esto habla de ti.